27 de septiembre de 2009

LA COLUMNA SERPENTINA


" Una vez reunidas las riquezas, se procedió a reservar un diezmo para el dios de Delfos ( con su importe se ofrendó el trípode de oro, que muy cerca del altar, se alza sobre la serpiente de bronce de triple cabeza ) "

Heródoto IX, 81


Base sobre la que se erigía originalmente la Columna Serpentina en Delfos
El exvoto de Platea ( una de las obras de arte más famosas de la Antigüedad; es mencionada entre otros por Heródoto, Tucídides, Demóstenes, Diodoro, Plutarco o Pausanias ) era, en realidad, no una ofrenda por la victoria sobre Mardonio en Platea, sino sobre los persas en la Segunda Guerra Médica, ya que en él aparecen citados Estados que sólo enviaron contingentes a Salamina.
Consistía en un trípode de oro ( que sostenía un pebetero del mismo metal ) que descansaba en una columna de bronce, formada por tres serpientes enroscadas, de 6 m. de altura. Durante la tercera guerra sagrada, librada entre los años 356 - 346 a.C., los focenses ocuparon Delfos y fundieron el oro.

Posteriormente, la columna serpentina fue trasladada a Constantinopla por Constantino, conservándose aún de ella, en el Hipódromo de Estambúl, un bloque de cinco metros y medio ( faltan las cabezas de dos serpientes ). En los anillos de los ofidios aparecen registrados, en alfabeto délfico, los nombres de treinta y un Estados griegos. La única cabeza que se conserva se encuentra en el Museo Arqueológico de Estambúl.
Traducción del griego y nota de Carlos Schrader. Ed. GREDOS, 1989.

Museo Arqueológico de Estambúl

Reconstrucción del antiguo Hipódromo de Constantinopla


http://penelope.uchicago.edu/~grout/encyclopaedia_romana/circusmaximus/serpentine.html

7 de septiembre de 2009

CONVERSACIONES CON PLATÓN

" La mayor generalización que se puede hacer sin temor a equivocarnos sobre la historia de la filosofía occidental es que toda ella es una serie de notas a pie de página sobre Platón. "

Alfred North Whitehead

En el año 387 a.C. Platón fundó la Academia a las afueras de Atenas. Centro de estudios superiores e investigación, en ella se impartieron clases de matemáticas, filosofía, astronomía..durante casi novecientos años hasta que en el año 529 d. C. cerró por orden del emperador cristiano Justiniano. Como parte de su programa de acatamiento de la ortodoxia cristiana a través de la violencia, Justiniano promulgó un edicto que declaraba:
" A partir de ahora nunca más se darán clases de filosofía ni se explicará el derecho en Atenas "
Conversaciones con Platón
Donald R. Moor
Editorial Paidós

Usted fue miembro de una prominente e influyente familia, supuestamente destinado a hacer carrera en la política y a ser un escritor de indudable talento. ¿ Qué le llevó a convertirse en filósofo en lugar de político o poeta ?

Es fácil de responder: conocí a Sócrates. Yo era un adolescente, miembro de la aristocracia, y topé con este hijo de picapedrero y partera, rechoncho y más bien poco agraciado, que frecuentaba el mercado, las calles y los hogares de los ricos y famosos, y que desconcertaba a todos los grandes hombres sometiéndoles a interrogatorio inteligentemente. Estos personajes tan conocidos, políticos, poetas y oradores, aventuraban opiniones sobre la naturaleza de la virtud, la justicia, el valor, la belleza y conceptos afines, pero él les demostraba que no comprendían realmente estas cosas.

Sócrates nos demostró a todos que, aunque es fácil hablar de estos asuntos es muy difícil aportar una base para ellos que resista un análisis a fondo. Yo, y dos generaciones de hombres privilegiados llegamos a admirar enormemente a Sócrates; y algunos nos sentimos impulsados a proseguir su búsqueda de este tipo de sabiduría. Otros filósofos, como Parménides, Crátilo y Pitágoras, despertaron mi interés, pero fue conocer a Sócrates lo que me cambió la vida.

8 de abril de 2009

Las Amazonas de Sudamérica

Francisco de Orellana, explorador y aventurero español
( Trujillo, 1511 - 1546 )

Las amazonas, terribles mujeres, habían peleado contra Hércules, cuando era Heracles, y contra Aquiles en la guerra de Troya. Odiaban a los hombres y se cortaban el seno derecho para que sus flechazos fueran más certeros.

El gran río que atraviesa el cuerpo de América de lado a lado, se llama Amazonas por obra y gracia del conquistador español Francisco de Orellana.

Él fue el primer europeo que lo navegó, desde los adentros de la tierra hasta las afueras de la mar. Volvió a España con un ojo menos, y contó que sus bergantines habían sido acribillados a flechazos por mujeres guerreras, que peleaban desnudas, rugían como fieras y cuando sentían hambre de amores secuestraban hombres, los besaban en la noche y los estrangulaban al amanecer.

Y por dar prestigio griego a su relato, Orellana dijo que ellas eran aquellas amazonas adoradoras de la diosa Diana, y con su nombre bautizó al río donde tenían su reino.

Los siglos han pasado. De las amazonas, nunca más se supo. Pero el río se sigue llamando así, y aunque cada día lo envenenan los pesticidas, los abonos químicos, el mercurio de las minas y el petróleo de los barcos, sus aguas siguen siendo las más ricas del mundo en peces, aves y cuentos.

Espejos, una historia casi universal. Eduardo Galeano. Ed. Siglo XXI, 2008.

Aquiles dando muerte a Pentesilea, reina de las Amazonas.Ánfora de figuras negras firmada por Exequias.

Atenas, h. 540 - 530 a.C. Museo Británico

Durante siete días permaneció erecto...

" Ella se despojó de su túnica y se tumbó allí desnuda, abiertas las piernas, tocándose. La vió Enkidu y se acercó cautelosamente. Olisqueó el aire. Contempló su cuerpo. Se acercó, Shamhat le tocó el muslo, tocó su pene e introdujo a Enkidu dentro de ella. Empleó sus artes amatorias, se apoderó de su aliento con sus besos, no se reprimió en absoluto y le enseñó lo que es una mujer. Durante siete días permaneció erecto y yació con ella, hasta que estuvo saciado. Al cabo se levantó y caminó hacia la charca, para reunirse con sus animales. Pero las gacelas lo vieron y se dispersaron, el venado y el antílope se alejaron brincando. Trató de alcanzarlos, pero su cuerpo estaba exhausto, su fuerza vital se había agotado, temblaban sus rodillas, ya no podía correr como un animal, tal como hacía antes. Regresó hacia donde estaba Shamhat y en tanto caminaba supo que su mente había crecido, supo cosas que los animales no pueden saber. "

Enkidu y Shamhat, sacerdotisa de Ishtar, diosa del amor.

Gilgamesh, libro I. Versión de Stephen Mitchell, Alianza Editorial.

Gilgamesh. Palacio de Sargón II, Nínive.
Museo del Louvre
La civilización occidental surgió en aquel lugar entre el Tigris y el Éufrates, donde Hammurabi dictó su código legal y donde se escribió el Gilgamesh - el relato más antiguo del mundo, un milenio más antiguo que la Ilíada o la Biblia -. Su héroe fue un rey histórico que reinó en la ciudad mesopotámica de Uruk hacia el año 2750 a.C. En la epopeya, tiene un amigo íntimo, Enkidu, un hombre desnudo y salvaje que ha sido civilizado por medio de las artes eróticas de una sacerdotisa del templo. Junto a éste, Gilgamesh combate a monstruos, y cuando Enkidu muere, se muestra inconsolable. Así, emprende un viaje deseperado para encontrar al único hombre que puede decirle cómo escapar de la muerte.

Las tablillas de arcilla cocida sobre las que se inscribió en caracteres cuneiformes permanecieron enterradas entre los escombros de ciudades diseminadas a lo largo de todo el antiguo Oriente Próximo, aguardando a ser leídas por gentes de otro mundo. No fue sino hasta 1850 cuando se descubrieron los primeros fragmentos entre las ruinas de Nínive, y el texto no fue descifrado y traducido hasta varias décadas después.

En 1872, un joven conservador del Museo Británico llamado George Smith se dio cuenta de que uno de los fragmentos contaba la historia de un Noé babilónico, que había sobrevivido a una gran inundación enviada por los dioses. Smith escribió:

" Al fijarme en la tercera columna, mi vista descubrió la afirmación de que el barco se posó sobre las montañas de Nizir, seguida por el relato del envío de la paloma, que regresó al no hallar un lugar donde posarse. Supe inmediatamente que había descubierto al menos una porción del relato caldeo del Diluvio."

Para un victoriano, era un descubrimiento espectacular, porque parecía constituir una confirmación independiente de la historicidad del Diluvio bíblico ( los victorianos creían que la historia del Génesis era mucho más antigua de lo que realmente es ).

Tablilla neo-asiria de la Epopeya de Gilgamesh con el relato del diluvio. S. VII a.C. Nínive

Museo Británico

Probablemente, las leyendas acerca de Gilgamesh comenzaron a surgir poco después del fallecimiento del monarca histórico. Los textos más antiguos que han sobrevivido, que proceden de aproximadamente el 2100 a.C., son cinco poemas en sumerio distintos e independientes.

El poeta Rainer Maria Rilke, refiriéndose al Gilgamesh, escribió a finales de 1916:

" ¡ Gilgamesh es formidable ! Lo conozco por la edición del texto original y considero que se encuentra entre las mejores experiencias que le pueden suceder a una persona. De vez en cuando cuento la historia a la gente, toda la historia, y siempre acabo teniendo ante mí una audiencia asombrada..."

" Me he sumergido en la traducción literal académica, y en esos fragmentos verdaderamente gigantescos he experimentado medidas y formas que pertenecen a las obras supremas que jamás haya producido la mágica Palabra..."

" Es la epopeya del temor a la muerte, surgida en tiempos inmemoriales entre unas gentes que fueron las primeras para las que la separación entre vida y muerte se reveló definitiva e inevitable. "

http://www.cervantesvirtual.com/historia/TH/cosmogonia_mesopotamia.shtml

28 de marzo de 2009

Los primeros porreros de la Historia

La planta del cannabis

Los escitas eran un antiguo pueblo indoeuropeo procedente de las estepas del norte del mar Caspio. Avanzaron hacia Europa del este hacia el 700 a.C. llevando consigo el uso del cannabis ( cáñamo ), que usaban como tela muy similar al lino y de paso para agarrarse unos colocones de órdago. Así lo narra Heródoto, el papi de la Historia:

" Pues bien, los escitas toman la semilla del susodicho cáñamo, se deslizan bajo los toldos de lana y, acto seguido, arrojan la semilla sobre las piedras candentes. A medida que la van arrojando, la semilla exhala un perfume y produce tanto vapor que ningún brasero griego podría superar semejante cantidad de humo. Entonces los escitas, encantados con el baño de vapor, prorrumpen en gritos de alegría. Esto les sirve de baño, pues resulta que jamás se lavan el cuerpo con agua."

Heródoto, libro IV, 75

Cosméticos antiguos

versión moderna de los cosméticos escitas

" Las mujeres escitas trituran en una piedra rugosa pedazos de madera de ciprés, de cedro y de árbol del incienso, añadiendo agua a la mezcla; y, acto seguido, con esa masa triturada - que es espesa - se embadurnan todo el cuerpo, incluido el rostro; dicho emplasto no sólo les confiere un olor agradable, sino que, cuando, al día siguiente, se quitan la cataplasma, quedan limpias y radiantes. "

Heródoto IV, 75

10 de marzo de 2009

Heródoto, el padre de la Historia

Heródoto de Halicarnaso ( 484 - 425 a.C. )

" Y seguiré adelante en mi relato ocupándome por igual de las pequeñas y de las grandes ciudades de los diferentes pueblos, ya que las que antaño eran grandes, en su mayoría son ahora pequeñas; y las que en mis días eran grandes, fueron antes pequeñas. En la certeza pues, de que el bienestar humano nunca es permanente, haré mención de unas y otras por igual. "

Heródoto I - 5, 4

Cicerón fue el primero en llamarle " Padre de la Historia". Sobre Heródoto dice Indro Montanelli en su Historia de los griegos:

" Heródoto escribe la historia como si fuera un cuento de hadas, sin distinguirla de la leyenda y el mito. Sabía muchas cosas porque, hijo de una buena familia de Halicarnaso, había viajado; mas, en vez de cribarlas críticamente, las amontonó en una miscelánea que de - historia universal - tenía solamente la modesta pretensión. Los acontecimientos se confunden con los milagros y con las profecías, y Hércules es descrito como un personaje real, parigual de Pisístrato. Todo esto confiere a Heródoto el embrujo del frescor y de la inocencia. Puede leérsele con placer. Sólo hay que guardarse muy bien de creerle. "

Historia de los griegos, Indro Montanelli, 1959.

El  historiador Tom Holland, refiriéndose a Heródoto en su libro " Fuego Persa " ( 2005 ) apunta que:

" ...en el conflicto entre Oriente y Occidente fue donde el primer historiador del mundo descubrió, en el siglo V a.J.C., el tema de la obra de su vida.

   Su nombre era Heródoto. Y como ciudadano griego de lo que hoy en día es la turística zona portuaria de Bodrum, en Turquía, por aquel entonces llamada Halicarnaso, Heródoto había crecido en la frontera con Asia. ¿ Por qué, se preguntaba, a los pueblos de Oriente y Occidente les resultaba tan difícil vivir en paz ? A primera vista, la respuesta parecía simple: los asiáticos, según Heródoto, consideraban Europa un lugar inconceliablemente ajeno, - y desde entonces siempre tuvieron por enemigos a los griegos - . Pero la manera en que aquella fractura había ocurrido en primer lugar le planteaba un enigma al propio Heródoto. Tal vez la causa hubiese sido el secuestro de una o dos princesas a manos de piratas griegos, o quizás hubiese sido el incendio de Troya. - así lo cuentan al menos los griegos y los fenicios. Yo no voy a decir si pasó de este o de otro modo -. A Heródoto no se le escondía que el mundo no tenía límites y que la verdad de un hombre podía fácilmente ser la mentira de otro. No obstante, si los orígenes del conflicto entre Oriente y Occidente ya parecían perderse en el mito, no ocurría lo mismo con sus efectos, que pronto se harían evidentes de un modo trágico. La diferencia había engendrado la sospecha, y la sospecha engendraría la guerra.

Por primera vez, un cronista iba a optar por buscar los orígenes de un conflicto allí donde podía verificarlos en persona, en lugar de remover un pasado tan remoto que se tornara por completo fantástico, o de endilgarlos a los caprichos y deseos de algún dios o a la proclama de algún pueblo sobre su destino manifiessto. Heródoto, comprometido con transcribir sólo los testimonios de informantes o testigos vivos, daría la vuelta al mundo, convirtiéndose en el primer antropólogo, el primer periodista de investigación y el primer corresponsal en el extranjero. Los frutos de su curiosidad insaciable no sólo dieron lugar a una narrativa, sino al análisis más vasto posible de toda una época en su variedad, tolerancia y complejidad. El propio Heródoto describiría su obra como una serie de - investigaciones -: una historia, - que he escrito aquí -, como declara en la primera oración de la primera obra de historia que escribió, - para que no se desvanezcan con el tiempo los hechos de los hombres, y para que no queden sin gloria grandes y maravillosas obras, así de los griegos como de los bárbaros, y sobre todo, la causa por la que se hicieron la guerra -.

   Los historiadores siempre quieren defender la importancia de su material, claro está. En el caso de Heródoto, sus afirmaciones han estado sometidas a escrutinio durante dos mil quinientos años, tiempo en el cual su suposición de partida, que la guerra entre griegos y persas había tenido una trascendencia nunca antes vista, se ha podido comprobar de modo triunfal. "

   Hace mucho tiempo que se ridiculiza a Heródoto por lo que parecen fantasías, como si se tratara del padre de las mentiras y no de la historia. Pero las décadas recientes han presenciado una reevaluación fundamental de la exactitud de sus afirmaciones: nuevos descubrimientos arqueológicos demuestran constantemente su fiabilidad.

El mundo según Heródoto, s. VI a.C

8 de marzo de 2009

El arco iris de la noche


Séneca y Plinio el Viejo opinaron sobre la posibilidad de contemplar un arco iris por la noche tres siglos después de que lo hiciera Aristóteles.

Según Aristóteles:

" El arco iris se forma de día, y los antiguos creían que no se produce de noche y originado por la luna; esto les ocurrió a causa de la rareza del fenómeno: pues les pasó inadvertido; se produce, pero pocas veces. La causa es que los colores quedan ocultos por la oscuridad y es preciso que concurran muchas otras circunstancias, y todas ellas en un único día del mes: en efecto, es forzoso que, si ha de darse, sea en el plenilunio, y precisamente al salir o ponerse la luna; por eso hemos encontrado ese fenómeno sólo dos veces en más de cincuenta años. " 1

Séneca afirmaba que:

" Por el contrario, el arco iris no se forma por la noche, o muy raras veces, porque la energía lunar no basta para atravesar las nubes e impregnarlas de color como el que toman al ser rozadas por el sol. " 2

El escritor, científico, naturalista y militar romano Plinio el Viejo, afirmaba en su monumental obra Historia Natural que el arco iris:

"...no aparece si el sol no está opuesto, ni tampoco nunca si no es en forma de semicírculo, ni de noche ( aunque Aristóteles dice que se vio entonces en alguna ocasión, aun así el mismo reconoce que no puede suceder salvo en la trigésima luna )." 3

Plinio, consciente de que contradecir a Aristóteles no era en absoluto una buena idea, decidió citarlo. Hizo bien porque Aristóteles estaba en lo cierto.

La luz de la luna puede producir un arco iris durante la noche, pero es un fenómeno muy raro porque se tienen que dar una serie de coincidencias: tiene que haber luna llena o practicamente llena, tiene que estar lloviendo en el lado opuesto de la luna, el cielo debe estar muy oscuro sin apenas contaminación lumínica y la luna debe estar por debajo de 42º de altitud en el cielo. 4

1 - Aristóteles. Meteorológicos III 2, 372a26-28. Ed. GREDOS, 1996.
2 - Séneca. Cuestiones Naturales I 3-8. C.S.I.C., 1979.
3 - Plinio el Viejo. Historia Natural II, 150. Ed. GREDOS, 1995.
4 - Lunar Rainbows. De la página web Atmospheric Optics: http://www.atoptics.co.uk/

5 de marzo de 2009

Costumbres sexuales en Heródoto


The Eastern Favourite. Edwin Long, 1880

Sobre los babilonios, Heródoto cuenta que:

" Por contra, la costumbre sin duda más ignominiosa que tienen los babilonios es la siguiente: toda mujer del país debe, una vez en su vida, ir a sentarse a un santuario de Afrodita y yacer con un extranjero. Muchas de ellas, que consideran impropio de su rango mezclarse con las demás en razón del orgullo que les inspira su poderío económico, se dirigen al santuario, seguidas de una numerosa servidumbre que las acompaña, en carruaje cubierto y aguardan en sus inmediaciones. Sin embargo, las más hacen lo siguiente: muchas mujeres toman asiento en el recinto sagrado de Afrodita con una corona de cordel en la cabeza; mientras unas llegan, otras se van. Y entre las mujeres quedan unos pasillos, delimitados por cuerdas, que van en todas direcciones; por ellos circulan los extranjeros y hacen su elección. Cuando una mujer ha tomado asiento en el templo, no regresa a su casa hasta que algún extranjero le echa dinero en el regazo y yace con ella en el interior del santuario. Y, al arrojar el dinero, debe decir tan solo: Te reclamo en nombre de la diosa Milita ( ya que los asirios, a Afrodita la llaman Milita ). La cantidad de dinero puede ser la que se quiera; a buen seguro que no la rechazará, pues no le está permitido, ya que ese dinero adquiere un caracter sagrado: sigue al primero que se lo echa sin despreciar a nadie. Ahora bien, tras la relación sexual, una vez cumplido el deber para con la diosa, regresa a su casa y, en lo sucesivo, por mucho que les des no podrás conseguir sus favores. Como es lógico, todas las mujeres que están dotadas de belleza y buen tipo se van pronto, pero aquellas que son poco agraciadas esperan mucho tiempo sin poder cumplir la ley; algunas llegan a esperar hasta tres y cuatro años. Por cierto que, en algunos lugares de Chipre, existe también una costumbre muy parecida a esta. "

Heródoto, libro I - 199

Sobre los maságetas, pueblo nómada que habitó en el mar de Aral y en el mar Caspio:

" Cada uno se casa con una mujer, pero las gozan a discreción. Los griegos dicen que esto lo hacen los escitas, pero no son los escitas quienes lo hacen, sino los maságetas; pues cuando un maságeta desea a una mujer, cuelga su aljaba en la parte delantera de su carro y yace con ella tranquilamente. "

Heródoto, libro I - 216

Sobre los adirmáquidas, pueblo libio:

" Por cierto que el orden en que están establecidos los libios es el siguiente: a partir de Egipto, los primeros habitantes de Libia son los adirmáquidas, que en general tienen costumbres egipcias, si bien llevan la misma indumentaria que los demás libios. Sus mujeres, además, llevan en cada pierna una ajorca de cobre; tienen el cabello largo, y, cuando cogen a los piojos que llevan encima, cada una les pega, en reciprocidad, un mordisco y luego los escupe. Estos son los únicos libios que hacen eso; y asimismo son los únicos que presentan al rey a las doncellas que van a contraer matrimonio; y es el monarca quien desflora a la que resulta de su agrado. Los susodichos adirmáquidas se extienden desde Egipto hasta un puerto cuyo nombre es Plino. "

Heródoto, libro IV - 168

Sobre los nasamones, antiguo pueblo libio que habitaba a orillas del golfo de Sirte:

" Cada hombre suele tener varias esposas, pero copulan con las mujeres a discrección, de un modo semejante a como lo hacen los maságetas: ante un lugar cualquiera plantan un bastón y yacen con la que sea. Y cuando un nasamón se casa por primera vez, la costumbre establece que, durante la primera noche, la novia pase por las manos de todos los convidados y que se entregue a ellos; y cada uno de los invitados, cuando la mujer se le ha entregado, le da entonces el regalo que al efecto ha traído de su casa. "

Heródoto, libro IV - 172, 2

Sobre los maclíes que habitaban a orillas del lago Tritónide ( probablemente el actual golfo de Gabés, en la costa este de Túnez ):

" Además gozan de las mujeres a discrección, y no están casados con ellas, sino que se aparean como las bestias. Y cuando una mujer tiene un hijo como resultado de sus relaciones con varios hombres, los interesados se reúnen en un lugar determinado a los dos meses y el niño se considera hijo del hombre al que se parezca. "

Heródoto, libro IV -180, 5

Traducción del griego de Carlos Schrader. Ed. GREDOS, 1979.

10 de febrero de 2009

¡ Júrame que me quieres !


El beso - Gustav Klimt, 1907

Horco era un dios de los antiguos griegos, hijo de la Discordia ( en griego hórcos significa " juramento" ). Cuando alguien juraba algo, él lo anotaba en su agenda y castigaba a los que lo incumplían sin contemplaciones. Hasta hoy ha perdurado en nuestra cultura ese miedo a jurar en falso, esa sensación de estar infringiendo una ley sagrada y del castigo que conlleva hacerlo ( aunque trasladado a nuestra moral judeocristiana ).

Pero si es por amor la cosa cambia. Los antiguos dioses griegos decidieron perdonar a aquellos que enamorados incumplían sus juramentos de amor. Ellos ya sabían que en el amor, como en la guerra, vale todo. Al menos eso es lo que nos cuenta Platón en su Banquete:

" Y lo que es más extraordinaririo, según dice la mayoría, es que incluso cuando jura, el enamorado es el único que obtiene perdón de los dioses si infringe los juramentos, pues afirman que el juramento de amor no es válido. De esta manera, los dioses y los hombres han concedido toda libertad al amante, como dice la costumbre aquí. "

Platón, Banquete

9 de febrero de 2009

Sobre Venus


Como símbolo de hermosura, Venus figura en tres cuadros de Vincent Van Gogh. En su Noche estrellada, de junio de 1889, el mejor ejemplo conocido, aparece como el orbe brillante y bajo, al este del pueblo de Saint-Rémy, durante la época en que la demencia del artista le tuvo recluido en un manicomio local.
Unos 1.800 años antes de que Van Gogh pintara este cuadro, el militar romano Plinio el Viejo nos contaba sobre Venus:

" Gira por debajo del sol un astro inmenso llamado Venus que se mueve en dirección alterna y que, de acuerdo con sus propios sobrenombres es rival del Sol y de la luna. Así que cuando sale temprano y aparece antes del amanecer recibe el nombre de Lucífero ( O Lucero, "portador de luz" ), ya que anticipa el día como otro sol; a la inversa, cuando resplandece por el poniente, se le llama Vespertino como si prolongara el día e hiciera las veces de la luna. Fue Pitágoras de Samos el primero que descubrió esta característica suya, aproximadamente en la cuadragésima segunda Olimpiada, que fue el año 142 de la ciudad de Roma ( 612 a.C. ). Además, por su tamaño, está por encima de todos los demás astros y tiene tanta luminosidad que los rayos de esta estrella son los únicos que producen sombra. También por eso figura con una amplia serie de nombres, pues unos la llamaron Juno, otros Isis y otros Madre de los Dioses. Por acción de su naturaleza se originan todas las criaturas en las tierras, ya que al impregnarse del rocío genital en sus dos nacimientos no sólo da fecundidad a la tierra sino que además estimula la de todos los seres vivos. Recorre el curso del Zodíaco en trescientos cuarenta y ocho días sin separarse nunca del sol más allá de cuarenta y seis grados, como opina Timeo. "

Plinio el Viejo, Historia Natural, II, 36

4 de enero de 2009

La inmaculada concepción...de Apis


El dios Apis

Parece que el Espíritu Santo, antes de emplearse a fondo con la Virgen María estuvo practicando con una vaca estéril. El becerro ( niño Jesús ) que nacía de dicha vaca era el dios Apis egipcio, que tenía varias marcas, entre ellas un triángulo de color blanco en la frente que en el cristianismo simboliza a Dios y a la trinidad. Según Heródoto:

" Tras la llegada de Cambises a Menfis, Apis, a quien los griegos llaman Épafo, se apareció a los egipcios; y, desde el momento de su aparición, los egipcios vistieron sus mejores galas y se dedicaron a festejarlo. "

" Por cierto que el tal Apis - es decir, Épafo - es un becerro engendrado por una vaca que ya no puede concebir en su seno otra cría. Los egipcios, además, aseguran que un resplandor procedente del cielo se posa sobre la vaca y que la res concibe a Apis por obra de dicho resplandor. Este becerro que recibe el nombre de Apis presenta las siguientes señales: es negro y tiene en la frente una marca triangular de color blanco, en el lomo la figura de un águila, los pelos de la cola de doble tallo y bajo la lengua un escarabajo. "

Heródoto - Historias, III - 28