" Las mujeres escitas trituran en una piedra rugosa pedazos de madera de ciprés, de cedro y de árbol del incienso, añadiendo agua a la mezcla; y, acto seguido, con esa masa triturada - que es espesa - se embadurnan todo el cuerpo, incluido el rostro; dicho emplasto no sólo les confiere un olor agradable, sino que, cuando, al día siguiente, se quitan la cataplasma, quedan limpias y radiantes. "
Heródoto IV, 75

No hay comentarios:
Publicar un comentario